domingo, 13 de marzo de 2016

EL ORIGEN DE LA MASONERÍA EN NUEVO LEON



“Quinto Congreso de Historia Municipal del Noreste”
Ponencia: “Origen de la Masonería en Nuevo León” Jesús Ramiro González Contreras Sábado, 6 de octubre de 2012
EL ORIGEN DE LA MASONERÍA EN NUEVO LEON
Ponencia ante el “Quinto Congreso de Historia Municipal del Noreste” POR Jesús Ramiro González Contreras
Cronista Municipal de Dr. González, y miembro de la Resp.’. Log.’. Simb “Simbolismo Libre Num. 38” evento realizado en “Centro Universitario Colegio Civil de la U.A. N. L., organizado por la Sociedad Neolonesa de Historia Geografía y Estadística y el Centro de Información de Historia Regional/Hacienda San Pedro, UANL
Para apoyar este tema, reviste gran importancia mencionar algunos pasajes históricos que bordean el origen de la Antigua Hacienda de Ramos, hoy Municipio de Dr. González, así como un concepto general de Masonería..

Doctor González se ubica en la región centro - este del Estado a una altura de 404 metros sobre el nivel del mar. Su distancia de esta Cd. de Monterrey es de 48 km. por la carretera Monterrey - Miguel Alemán. Limita al norte con los municipios de Higueras y Cerralvo, al sur con los municipios de Pesquería y Los Ramones; al este con Cerralvo y al oeste con Marín.
Que es la MASONERIA.
Es una fraternidad universal, filosófica, filantrópica, moral, destinada al mejoramiento y perfeccionamiento humano, al progreso, al conocimiento, a la búsqueda de la verdad, al crecimiento personal tanto en lo moral, intelectual, físico y Espiritual, empezando por uno mismo, a fin de que dicho resultado se vea reflejado en la sociedad .. Dedicada a fomentar y practicar los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, así como la tolerancia, la libertad de consciencia y/o pensamiento, entre muchas otras cosas mas, buscando siempre el bien común, así como el AMOR y la Fraternidad Universal, sin distinción de naciones, religiones, creencias, raza, genero, ideología, clase social, o de cualquier otra índole.
En otras palabras tiene por objetivo el desarrollo del potencial Humano en todos los sentidos, y recordarnos que el ser humano es un SER ilimitado
RESEÑA HISTORICA
En 1577, don Luis de Carvajal y de la Cueva fundó la villa de Saltillo en el noroeste de lo que hoy se conoce como México. Ese mismo año pobló un lugar de nombre Santa Lucía, actualmente Monterrey, y descubrió las minas de San Gregorio Magno (Cerralvo). El 31 de mayo de 1579, don Luis de Carvajal, firmó las capitulaciones con el rey Felipe II para pacificar y poblar el Nuevo Reino de León, en este contrato fue facultado para hacerlo en una extensión que no excediese de 200 leguas por lado.
Así fue como el 22 de abril de 1582 Las tribus indígenas que existían eran numerosas siendo la principal la de Los Borrados que habitaban las tierras de las Minas de San Gregorio; La principal actividad, de los conquistadores, en las nuevas tierras de Carvajal, fue la búsqueda de vetas mineras, Al ser localizada alguna Mina, en sus proximidades se fundaba un poblado al que llamaban Real de Minas, por pertenecer a la Corona el 20% de las riquezas encontradas, así tenemos en la Historia que el 22 de abril de 1582 funda La ciudad de León cerca de la Sierra de San Gregorio, rica en recursos minerales, principalmente como la plata, plomo, zinc. Fue la primera población de dicho reino por lo que se considera la Cuna del actual Estado de Nuevo León. Siendo hoy la Cd. de Cerralvo, N. L.
Como las minas encontradas fueron de baja ley y otras se agotaron rápidamente, los conquistadores se vieron obligados a iniciar otro tipo de Actividad que trajo como consecuencia la creación de las Congregas., las cuales constituían la encomienda que se le otorgaba a un poblador español para que ese fuera lugar habitado por indígenas para enseñarles técnicas de Agricultura y ganadería,
Sin embargo iniciaron la captura de nativos para su venta como esclavos actividad ilícita pues iba en contra de los ordenamientos de la Corona, originando luchas encarnizadas entre españoles y la población indígena.
Para avanzar en la colonización los gobernadores empezaron a otorgar mercedes o concesiones que se le daba a un poblador sobre un terreno, para la cría de ganado y para la agricultura, con esto nacen las Haciendas que eran fincas rurales de un particular con abundante agua y tenían vía de comunicación, Había también RANCHOS, que eran de menor escala de producción y población.
Las primeras Haciendas, que en su origen pertenecían a un solo dueño, con el tiempo fueron repartidos entre sus hijos y familiares de estos, hasta hacerse grandes comunidades.
Así es como nace la Hacienda de Ramos, cuyo real motivo de fundación fue para servir como punto estratégico de comunicaciones su origen se debe a merced de sitios de tierra, otorgada por el Gobernador en turno al Alférez Marcos Flores un 15 de Noviembre de 1694. y convertida en Municipalidad el 14 de Noviembre de 1883, con el nombre de “Villa de Dr. González, N. L.
Tres son los sucesos que han marcado el destino en la historia de la Hacienda de Ramos
1- 1845 Fundación de la Primera Logia Masónica en este lugar y primera en el Estado de Nuevo León
2- 1883 Erección en Villa de la Hacienda de Ramos con el Nombre de Dr. González en honor del Insigne e inmortal Personaje jalisciense por nacimiento Nuevoleonés por adopción, el Dr. Jose Eleuterio González “Gonzalitos “
3- 1942 Inauguración de la carretera Monterrey- Cd. Miguel Alemán , sin duda alguna el gran disparador del progreso del municipio.
En este Marco Histórico de la Hacienda de Ramos, nace la Primera Logia Nuevoleonesa, la precisión de la fecha, se pierde en las tinieblas de los tiempos, por una parte por el secretismo de la orden y por otra, por la obstinada y encarnizadas persecuciones de que eran objeto sus miembros, hecho que no los amedrentaba pero si obligaba a los masones mantenerse en sigilo permanente. Sin embargo datos provenientes de historiadores de renombre y de algunos primitivos masones del lugar cuentan que a su vez les fue contado por su familia que en el año 1832, otros que en los años cercanos a 1845, mas, se dice, llegaron a la población unos comerciantes, dueños de varios trenes de carros de tracción animal que venían del Estado de Veracruz a establecer este negocio por aquí, pues como no había Ferrocarriles, eran el medio más rápido que se utilizaba en el transporte de mercancías e intercambio comercial.
Estos comerciantes conocidos solo por sus apellidos hermanos Guerra, con el deseo que tenían de continuar su vida masónica, muy a pesar de dos grandes dificultades, la primera, el continuo viajar por su trabajo, y la otra el no tener residencia fija. No obstante sin desalentarse por el detalle, determinaron formar una Logia ambulante, y escogieron uno de los parajes reales, de la hacienda de ramos, en un lugar que se afirma se localizaba yendo por el camino Real pasando el Arroyo Ramos en una planicie llamada la LOMA DEL TIO JUSTO. donde acampaban frecuentemente, pues ahí es el lugar donde la historia nos dice que los Hermanos Guerra del Estado de Veracruz, trazaron surcos de luz y sembraron afanosamente la semilla de la fraternidad, siendo este lugar la hoy municipalidad de Dr. González, N. L., ahí levantaron columnas (simbólicamente Templo) celebrando su primer tenida (nombre de las reuniones de los masones)la llevaron a cabo a cielo abierto iniciando a comerciantes, ganaderos y agricultores de su confianza y amistad, así también a los mayordomos de sus trenes, en ese acto que dio vida a la primera logia masónica del Estado de Nuevo León, se discutió y aprobó que llevara el sugestivo nombre de “TOLERANCIA MASONICA, dependiendo de Veracruz donde obtuvo en el orden administrativo el numero 13.
Cuando el arzobispo de Linares tuvo conocimiento de la fundación de la Logia ambulante, mandó perseguir a sus fundadores y miembros, no siendo pocas las veces que los trenes de los Señores Guerra sufrieron atracos por gente fanática o bandidos de camino real. Ante la violenta acción clerical y ante el peligro de los segundos, los hijos de Tolerancia, formaron en su defensa un frente único, cuya unidad de criterio y acción los salvó e hizo que se distinguieran como hombres valientes y honrados, atrayendo por ese motivo la atención y respeto de todos.
Durante la Intervención Norteamericana en 1847, hubieron de suspenderse los trabajos de Logia, alistándose en el Ejercito Nacional la mayoría de sus miembros, inclusive los Hermanos Guerra, para combatir al invasor. Existen anécdotas de hechos heroicos de los masones, que les propiciaron varios reveses a los invasores en las cercanías del río de Marín, Sin embargo el Municipio de Marín fue uno de los pueblos que sufrió mas durante la Invasión Americana, sus casas junto con las de la Hacienda de Ramos, hoy Doctor González, fueron incendiadas y destruidas casi en su totalidad, por el ejército invasor.
Por los Años 1855-1857 volvió TOLERANCIA a levantar columnas, con residencia fija en Monterrey, donde con todo ahínco realizo trabajos por la noble causa de la masonería. Años mas tarde cuando el Benemérito de las Américas, Presidente Benito Juárez, defendía los supremos poderes de la Republica y a su paso por esta ciudad, invitado que fue por esta logia, asistió a sus trabajos, al hacer uso de la palabra, le grabó para siempre con prestigio de ella el grandioso titulo de BENEMERITA, al conocer la antigüedad, disciplina, perseverancia y patriotismo de sus componentes, esta visita se encuentra grabada en uno de los Magazines que bajo el nombre de LOGOS publicara en 1938 la muy respetable Gran logia Benito Juárez del Estado de Coahuila, del Gran oriente de Torreón.
En 1945, a 40 años de fundada la Gran Logia del Estado de Nuevo León, el Gran Maestro en turno Dr. Telesforo Chapa Benavides, mandó construir un Edificio masónico en el Municipio de Dr. González, el cual habría de erigirse como Santuario de la Masonería Nuevoleonesa, y monumento conmemorativo del primer Centenario de labores masónicas en el Estado y que en lo sucesivo daría cobijo a la Logia Simbolismo Libre # 38 de aquel lugar.
El Sábado 23 de junio de 1945, a las 5 de la tarde se hizo solemne consagración del Templo, tomando la palabra el Gran Maestro Dr. Telesforo Chapa, y el H:. Enrique Núñez Maldonado Gran Maestro de la Gran Logia Unida Mexicana del Estado de Veracruz, para hacer entrega de la llave de la Logia y una copa conmemorativa de la misma Gran Logia, la cual fue recibida por su Venerable Maestro Prof.. Francisco Herrera González. Por la noche, Los trabajos fueron abiertos por el Diputado Gran Maestro Dr. Dante Decanini Flores, dándole entrada solemne al Gran Maestro de la Gran Logia de Nuevo León, Dr. Telesforo Chapa, enseguida este recibió con los honores correspondientes a los Grandes Maestros de las Grandes Logias :de Veracruz, de Tamaulipas, de Coahuila, del Valle de México, de Durango, de Chihuahua, de San Luís Potosí, Gran Logia York, y representantes de Gran Logia de El Salvador y del Gran Oriente Español en el exilio.
Aquella memorable fiesta en Dr. González, por la celebración del Centenario de inicio de la Logia Masónica en Nuevo León, se certificó y se dio por reconocido que en 1845, se inició las actividades masónicas en tierras nuevoleonesas, se relata que acudieron mas de tres mil gentes, arribando al lugar en caravanas de camiones repletos de masones y otros tantos autos particulares, escoltados por motocicletas de Agentes de transito de la ciudad de Monterrey, haciendo aquella fiesta inolvidable, refrendando con su presencia y reconocimiento, lo que nuestros antepasados afirmaban que el Municipio de Dr. González, era para siempre jamás “LA CUNA DE LA MASONERIA DE NUEVO LEON” (2)
La Masonería contemporánea de Dr. González, N. L.
Los masones de la Ex Hacienda de Ramos, continuaron sus trabajos a partir de 1855 en el Oriente de Monterrey, N. L. con el nombre de Respetable Logia Benemérita, Leal Constante y centenaria, Tolerancia Masónica núm. 6 y en 1905 fueron parte integrante de la naciente GRAN LOGIA DE NUEVO LEON fundada por el Gral. Bernardo Reyes.
Mientras tanto los masones domiciliados en Dr. González se reunieron Levantando Columnas en el año 1900 en su nueva logia denominada SIMBOLISMO LIBRE # 257 jurisdiccionada al la Gran Logia Valle de México, donde permanecieron hasta el año 1905, para integrarse a la Gran Logia de Nuevo Leon ahora como SIMBOLISMO LIBRE # 27, EN 1906 hubieron de abatir columnas para resurgir en 1910 por unos meses de Noviembre de ese año hasta Febrero de 1911, debiendo por los conflictos nacionales de la Revolución Mexicana abandonar los trabajos y reincorporarse en 1921 trabajando masonería hasta 1940, donde nuevamente suspendieron actividades para resurgir en 1944, permaneciendo hasta la fecha como SIMBOLISMO LIBRE # 38, JURISDICCIONADA a la Gran Logia de Nuevo León (3)
El Edificio de la muy respetable Logia Simbolismo Libre # 38, y Santuario de la Masonería nuevoleonesa que todo masón del Estado, debe visitar cuando menos una ves al año, según decreto de 1949, se ubica sobre la carretera Miguel Alemán, justamente a la Entrada del Municipio.
En la gran historia de Nuevo León, escrita por el Lic. Don Santiago Roel Melo, expresó: “hemos encontrado que por los años de 1832 en el oriente de Dr. González, NL, funcionó la Logia más antigua del Estado, llamada Tolerancia num.3, afiliada a la Gran Logia de México y fundada por unos veracruzanos de apellido Guerra, por lo que se ha considerado al pueblo mencionado como CUNA DE LA MASONERIA NUEVOLEONESA,, Perteneciendo a este taller entre otros el Primer Gobernador del Estado Lic. Don José María Parás, el Dr. Manuel Maria del Llano, Don Miguel Nieto, etc, Sin embargo como nos afirma el mismo historiador Roel Melo, EL PRIMER MASON NUEVOLEONES, fue el esclarecido y nunca bien ponderado DOCTOR FRAY SERVANDO TERESA DE MIER NORIEGA Y GUERRA, regiomontano mas conocido como “PADRE MIER” el mas egregio nuevoleonés en toda la historia del Estado y proto-precursor de la Independencia mexicana y de Hispanoamérica, quince años antes del Grito de Dolores, quien fuera el ideólogo e inspirador de los insurgentes cuando todavía ni soñaban con libertar a nuestra patria (1)
Como un paréntesis, agrega el Lic. Roel Melo en sus apuntes; es necesario hacer la aclaración de que allá por el año 1823, también había existido otra logia Masónica en Monterrey, pero como nunca se han obtenido datos de sus trabajos, ni hay la certeza de que haya existido dicho organismo, pues según informes del Lic. Roel, solo se sabe de algunos documentos en poder del Sr. Oscar Castillón, quien guarda Celosamente los archivos de Don Eugenio Castillón, hombre prominente que recabo libros y documentos de aquella época, como no se dispone de ningún antecedente consideramos que aquellos fue algo que se ha perdido como muchas otras cosas por la acción destructora del tiempo, Sin embargo concluye, apuntamos esta noticia por si algún interesado llega a dedicarse a esta investigación.
Finalmente, Como no existían otros antecedentes, por lo menos a la vista, se tuvo por seguro que la primera organización masónica en NUEVO LEON, fue la de los hermanos Guerra, durante el año 1845 con sede en antigua Hacienda de Ramos hoy Municipio de Dr. González, N. L., .siendo este oriente EL ORIGEN DE LA MASONERIA DE NUEVO LEON, y por lo tanto entre los masones es reconocido sin reproche alguno que DOCTOR GONZALEZ, N. L. es: “ “LA CUNA DE LA MASONERIA DE NUEVO LEON”
Es cuanto!

BIBLIOGRAFIA
(1) Roel Melo Santiago. “Apuntes Históricos Nuevo León” p. 249 Impresora Bachiller. 8ª...Ed.-, Monterrey, N. L. 1958.
(2) De Villarreal Cantú Ernesto- relator-: “Trabajo Potente – Vida Inmaculada” (medio siglo de cultura masónica 1905-1955) p.348, p.349, p.350 y p.351, editada por la Gran Logia de Nuevo León.1955.
(3) Biblioteca Dr. Telésforo Chapa Benavides, de la Logia “Simbolismo Libre # 38” de Dr. González, N. L.
http://www.scribd.com/doc/113144291/Origen-de-La-Masoneria-en-N-L-Ponencia#page=1

LA MASONERIA ES...



PROLOGO


A pesar de que la masonería es una institución de respetable antigüedad, y que de ella se han ocupado ampliamente historiadores, filósofos y escritores, existen en la actualidad una desorientación y desconocimiento casi completos de lo que realmente es esta organización que tiene sucursales en casi todo el mundo, y de cuáles son sus finalidades y qué medios utiliza para lograrlas.

La mayoría de quienes han escuchado en alguna ocasión referencias vagas sobre la Institución Masónica, se la representan como una especie de mafia tenebrosa que se dedica a incorporar en sus filas a los oportunistas, los cismáticos, los hombres sin credo ni religión, los politicastros sin escrúpulos y a los incautos para sus conspiraciones secretas. Se supone que el objetivo principal de la actividad masónica consiste en atacar a la religión, y el secundario es conseguir puestos lucrativos en el gobierno, la industria, el comercio, o dondequiera que sus adeptos puedan introducirse con sus maniobras encubiertas. Se habla de que la intimidación y el terror son las armas con que son manejados eficazmente los juramentos de esta sociedad secreta, y aun brotan aquí y allá consejas que hablan de terribles y espeluznantes “venganzas masónicas”:

Muy distinta es la idea que se forman de la masonería quienes han tenido algún trato con miembros de la Institución. En muchos casos, han creído descubrir que se trata de gente inofensiva, incapaz de “matar una mosca”, idealistas y hasta ingenuos, que se reúnen semana a semana en sus “logias”, como otros lo hacen en el café o en la cantina, para “darle su arreglada al mundo”. Como no se ve que para estas personas cambie en forma alguna su situación económica, a veces precaria, ni que se realicen jamás los proyectos loables que dejan traslucir en pláticas, se deduce que la masonería es una especie de club en que se vuelcan, en saludable “catarsis”, la frustración e impotencia de los ideales fallidos y las metas inalcanzadas, y se busca en la discusión libre de variados temas un desahogo a las inquietudes y cierto solaz en el intercambio de conceptos filosóficos.

Para quienes han asistido a ceremonias masónicas, o han leído artículos ilustrados de los fastuosos actos que se llevan a cabo, los masones quedan catalogados como una gente ociosa que vive en un mundo artificial de fantasía y teatralidad, reminiscente de la pompa y circunstancia de las órdenes de caballería y la nobleza medieval, sin más finalidad que la de conferirse mutuamente ridículos y altisonantes títulos que halagan su vanidad y darle variedad a la incolora mediocridad de la vida real.

Finalmente, hay quienes ven en la masonería poco más que un club social como los Rotarios o los Leones aunque con cierto sabor arcaico de misticismo, que únicamente sirve para darle marco y ambiente a las altruistas finalidades de ayuda mutua y solidaridad fraterna que se supone deben existir entre sus miembros.

Como puede verse, la imagen que se forja una mente que trata de juzgar a una institución viéndola desde afuera, no puede nunca ser exacta. En verdad, debemos admitir que aún para muchos de los masones que forman parte de la Institución, el concepto tampoco es muy claro, y ello se debe, precisamente a que han transportado al campo masónico sus aspiraciones particulares y han convertido a sus logias en un reflejo de lo que esperaban encontrar en la masonería.

Al solicitar su admisión, un candidato, en la Orden, se le pregunta si lo hace de su libre y espontánea voluntad; pero ¿cómo puede haber libre y espontánea voluntad de hacer algo, si se ignora lo que ello es? ¿Cómo puede jurarse el cumplimiento de una constitución y reglamentos si se desconocen completamente? ¿Qué puede pensarse de un hombre que va a comprometer su palabra de honor y su buen nombre sin haberse preocupado por investigar más a fondo las consecuencias de tal acto?.

La verdad es que lamentablemente escasean las fuentes fidedignas de información sobre lo que es y lo que no es la masonería, y esta deficiencia no siempre se puede subsanar por medio de la interrogación directa, pues lo más probable es que se reciban contestaciones contradictorias y vagas por el temor de muchos masones a decir más de la cuenta, violando las normas de discreción que recomienda la Orden. Tampoco se sale de apuros leyendo obras de consulta de filosofía masónica, o aún los rituales (si se consiguen), pues en toda la literatura que se publica se supone que el lector es masón y, por lo tanto, se omite todo aquello que le ha de ser bien conocido; pero que es precisamente lo que más interesaría al que tiene deseos de investigar la conveniencia o inconveniencia de iniciarse en la masonería.

Para intentar llenar este hueco se escribió la presente publicación, que no trata, ni con mucho, de ser un libro de consulta de masonería. Existen buenas obras de este tipo que ayudarán a quien desee obtener información específica sobre algún aspecto particular del tema. Lo que aquí nos hemos propuesto es presentar el panorama general, como lo haríamos ante quien nunca hubiese oído hablar de la masonería. No se trata de una propaganda en favor ni en contra, sino simplemente una exposición escueta de hechos y datos fáciles de comprobar, pero que, hasta ahora, no estuvieron reunidos en un sólo libro.

Quedará mucho aún por decir, y algunas cosas habrán de leerse entre líneas; pero tenemos la convicción leal de que no son las más importantes las que falten y que la información condensada en esta publicación será más que suficiente para el fin que se persigue, que es el de orientar debidamente a quienes desean conocer realmente lo que es esta institución mundial. 

Los años no siempre dan sabiduría.

La lucha deja siempre una experiencia. 



¿Cuáles son las finalidades de la masonería?

Cuando por primera vez oímos a alguna persona decir: “Fulano es masón”, la pregunta que surge inmediatamente en nosotros es: “Qué cosa significa “ser masón”?, ¿es una religión, o una secta, o un club filosófico, o un partido político, o qué?

Daremos contestación a estas preguntas.

Masón significa constructor, o sea el que fabrica a cal y canto un edificio, pero aunque antiguamente este título se les aplicaba a los miembros de las asociaciones de constructores que dieron a Europa sus mejores edificios de la Edad Media y del Renacimiento, actualmente hemos de entenderlo en su acepción figurada, diciendo que el masón es un constructor del templo simbólico de la ciencia y de la virtud. Que constituye su propia personalidad.

En otras palabras, un masón es un individuo que trabaja en perfeccionarse y en evolucionar, tanto en sus conocimientos como en su comportamiento moral, y para ello sigue los caminos que le indica la antigua asociación que se nombra masonería o, más correctamente, Francmasonería.

Correlativamente, la institución Francmasónica tiene como finalidad principal la de constituirse en guía de quienes buscan y anhelan este perfeccionamiento, para lo cual va desgranando una a una sus sabias enseñanzas, en dosis graduadas y de acuerdo con el adelanto de cada uno de sus miembros. A través del estudio razonado y crítico de la filosofía moral se obtiene un mejor conocimiento de las virtudes y del modo de practicarlas.

Pero, entonces, ¿cabe decir que la masonería es una escuela?

Desde luego que no, si entendemos por escuela un lugar donde se imparten clases sobre materias específicas, basándose en libros de texto, y se capacita a los alumnos para desempeñar un trabajo que les permita ganarse el sustento. La masonería es algo más que eso. En primer lugar, su filosofía educativa es totalmente distinta a la de cualquiera escuela, puesto que en vez de exigir el aprendizaje de tales o cuales postulados y principios, estimula la exposición libre, la discusión ilustrada y el desarrollo de la imaginación y del pensamiento original, como medio para conseguir que cada quién llegue, por su estudio independiente y su meditación profunda, a sus propias conclusiones lógicas y a la afirmación de sus convicciones. Por tanto, usa ampliamente del símbolo y de la alegoría; pero no ofrece de ellos ninguna explicación fija y dogmática, sino que deja en libertad al iniciado para que ejercite sus propias facultades deductivas e inductivas para descifrarlos y aprender —por sí mismo— las provechosas lecciones que encierran.

Se ocurre preguntar qué utilidad tiene esto.

La historia nos enseña que de la masonería han salido, en todos los tiempos, hombres de gran visión, acrisolado altruismo e inagotable energía, que han dado a la humanidad sus más grandes impulsos de progreso. Para descubrir estos nuevos caminos, necesitaron nutrirse de la duda filosófica, no de ‘la certeza dogmática; precisaron examinar lo que no es típico, en vez de conformarse con lo usual y corriente. Tuvieron que desechar los cartabones, los textos consagrados y los manuales establecidos, decidiéndose a recorrer sendas supuestamente prohibidas para el pensamiento y descubriendo las nuevas soluciones a los problemas irresueltos. Para esto, dispusieron de una maravillosa facultad: LA IMAGINACION CREADORA

Quizá la masonería ha sido, a través de los tiempos, la única institución que se ha percatado de la importantísima función que tiene esta imaginación creadora en la evolución de la humanidad, y ha descubierto y aplicado un método sencillo y eficaz para desarrollarla. Por eso ha sido y seguirá siendo el semillero de nuevas ideas, el portaestandarte de las vanguardias y la escuela en que se modelan los hombres marginales que viven y piensan entre el hoy y el mañana... los conductores de la humanidad.

Pero no solamente a esto se limita la masonería; no se conforma con ver que cada miembro se cultive y perfeccione a sí mismo, sino que trata de desarrollar en todos y cada uno de ellos el firme sentimiento de fraternidad y abnegación, encauzando cuidadosamente todos sus esfuerzos hacia los nobles fines de justicia social, equidad, libertad, auténtica democracia y progreso material y espiritual de toda la humanidad.

Dejaría la masonería de ser universal en sus finalidades sí se mostrara partidaria de algún “istmo”, o enemiga de alguna religión. En su seno se admiten a hombres de todas las religiones y se respetan las creencias de cada uno y su forma personal de rendir culto a Dios. Por lo mismo, están proscritas las discusiones sobre los méritos relativos de tal o cual forma de culto, como no sea para reconocer que todas ellas representan modalidades del sentimiento de veneración del hombre hacia esa Entidad Suprema a quien cada quien llama con distinto nombre. La masonería resume todas esas apelaciones a un común denominador y le llama “Gran Arquitecto del Universo”, sin establecer ningún culto especial para adorarle, pues considera que todos son buenos cuando nacen de los anhelos puros del hombre.

En concomitancia con estos principios de libertad de conciencia y de culto, la masonería no puede permanecer al margen de cualquiera violación de estos postulados, como cuando los ministros de alguna religión (sea ésta católica, mahometana, budista, etc.) detentan los poderes públicos y la soberanía de los pueblos. Cuando las religiones, convertidas por los hombres en tiranías esclavizadoras de las conciencias y prostituidas por la ambición de poder temporal, pretenden sojuzgar a los hombres, la masonería se yergue como campeona de la legítima de creer en libertad, atendiendo únicamente a los dictados de la íntima conciencia y de la razón. De ahí que, aunque algunas veces y en algunos países la masonería haya adoptado posturas anticlericales, no por ello es antirreligiosa.

En resumen, la masonería no es una religión, ni discute los principios de ninguna religión, sino por el contrario, las respeta a todas.

La masonería es más que un club filosófico o una escuela de moral. Es una libre asociación de hombres de todas condiciones económicas, y de todos los grados de cultura, a quienes los une el deseo de alcanzar un desarrollo y una evolución más alta en su personalidad interna, un dominio más perfecto de sí mismos, una afirmación de sus convicciones, una agudización más sutil de sus facultades intelectuales y un acendrado espíritu de abnegado servicio hacia sus semejantes. Dentro de la masonería encuentran estos hombres un ambiente de libertad, de respeto mutuo, orden, seriedad, estudio y fraternidad.

La masonería contiene una filosofía educativa propia, basada en el estudio imaginativo y profundo de símbolos y alegorías, que persigue como finalidad el desarrollo del pensamiento propio, original, lógico y constructivo, con el resultado de que cada masón palpa pronto los frutos de este perfeccionamiento personal al notar que se ensancha extraordinariamente su manera de ver la vida, se despiertan aptitudes dormidas, surgen perspectivas de mejoramiento y entra plenamente en el camino que los transforma en guías y benefactores de la sociedad. 


¿ Cómo esta organizada internamente?

La Francmasonería no es una sociedad simple, sino una agrupación de sociedades que aceptan como base fundamental un conjunto de antiguas leyes, escritas o no escritas, que se denominan “Antiguos Límites”, “Antiguos Cargos”, “Marcas”, o ‘Landmarks”. Este cuerpo de ordenamientos se deriva directamente de los que regían el funcionamiento de las asociaciones de masones operativos en la Edad Media y es el resultado de una larguísima experiencia. Los Antiguos Límites han logrado que la Francmasonería sea siempre una e indivisible, a pesar de la variedad de cuerpos que la constituyen, y que no se modifique ni prostituya su carácter esencial a través de los tiempos. Por encima de cualquier constitución o reglamento están siempre los Antiguos Límites; éstos definen las normas básicas de funcionamiento de la Institución, los requisitos, derechos y obligaciones de los miembros y funcionarios y la postura filosófica, social y política de la masonería universal. A pesar de su importancia, no son dogmáticos sino convecionales y admiten que exista una variedad casi infinita en la manera y orden con que pueden impartirse las enseñanzas, en el estilo de la decoración de los “Templos”, en las liturgias y en muchos otros aspectos. A ello se debe la diversidad de los ritos masónicos que son aceptados como “regulares”.

Se llama “rito”, en masonería, al conjunto de reglas o preceptos de conformidad con los cuales se practican las ceremonias y se comunican las instrucciones de los grados.

Pasan de cien los ritos que han sido fundados, en diversos tiempos, dentro de la masonería, y que se han considerado como “reconocidos”. Muchos de ellos tuvieron una vida efímera pero otros han subsistido hasta nuestros tiempos. El pertenecer a un rito determinado, sin embargo, no es obstáculo para que los masones se traten entre sí como miembros de una misma gran familia y se visiten mutuamente.

De todos los ritos, son considerados como los principales el Rito Escocés Antiguo y Aceptado y el Rito York. Sin embargo, en algunos países han existido ritos nacionales que han demostrado gran actividad, como el Rito Francés, del que surgió la Revolución Francesa; el Rito del Celeste Imperio, que sé practica en Turquía; el Rito Sueco, el Tien-Foe-Whe, de la China; el Benemérito Rito Nacional Mexicano, de gloriosa memoria en nuestro país, y muchos más.

En México, la gran mayoría de los masones están afiliados al Rito Escocés Antiguo y Aceptado, aunque también existen logias yorkinas, principalmente para personas de habla inglesa (aunque no necesariamente), así como otros cuerpos que pertenecen al Rito Nacional Mexicano, al Rito Primitivo, al Rito del Derecho Humano (“Droit Humain”), y a otros más.

Los masones se congregan en pequeños grupos formados con algunas decenas de miembros, que se denomina “Logias” y se reúnen una vez por semana en un local adecuado que recibe el nombre de “taller”, dando a entender con ello que se congregan para trabajar.

El valor e importancia de los trabajos que se desarrollan en las logias no depende del estilo o fastuosidad de su decoración. Muchas de ellas procuran limitar al mínimo estos adornos para que no se distraiga la atención y se desvíe del trabajo principal, que es de orden intelectual. Se puede trabajar masónicamente a campo raso y bajo la bóveda celeste, o en una choza de paja sin que nadie pueda alegar que se demeriten en algo las bellas ceremonias en que se van revelando las enseñanzas y secretos de la masonería.

En cada población de regular importancia existe, por lo menos, una logia masónica que imparte los tres grados fundamentales del “simbolismo”, o “masonería azul”: Aprendiz, Compañero y Maestro. Cada una de estas logias está incorporada a una “gran logia” cuyos límites de jurisdicción corresponden generalmente a los del Estado en que se encuentra. Los funcionarios de estas grandes logias son electos democráticamente entre los maestros de todas las logias simbólicas de la jurisdicción y toca a ellos gobernar en los asuntos que incumben a la agrupación. Finalmente, existe dentro de cada país un organismo o “Confederación de Grandes Logias” y, en el plano internacional, otros organismos que preparan y realizan congresos regionales y mundiales para el estudio y resolución de los problemas generales de la Orden; estos superorganismos solamente pueden formular recomendaciones a las grandes logias.

Es la “Masonería Azul”, o sean las logias simbólicas, la que constituye el grueso del pueblo masónico, además de existir otros cuerpos superiores que imparten los grados “capitulares”, “filosóficos” y “administrativos”. En el caso del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, alcanza su máximo nivel en el 33°. En el caso del Rito York, se obtiene el último grado al ser recibido en la Orden del Temple. Existe una completa independencia entre la Masonería Azul y estos otros niveles de la masonería, por lo cual los grados que se otorgan en estos niveles llamados comúnmente como “grados filosóficos”, no tienen preponderancia alguna en las logias simbólicas, en donde no se reconoce otra categoría superior a la de Maestro. Igual independencia existe con relación a otros organismos afines, también llamados “colaterales”, como son la Orden de la Cruz de Constantino, la Orden de los Shriners, etc. Existen también órdenes juveniles (la Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad y la Orden DeMolay), y femeninas (Estrella de Oriente, Arco Iris, Hijas de Job, etc.) Estos organismos no son parte de la Orden Masónica, aunque algunos de ellos fijen como requisito para ser admitido la posesión de ciertos grados masónicos.

Las logias simbólicas se rigen a sí mismas en todos los asuntos internos, empleando para sus deliberaciones el orden parlamentario y tomando sus acuerdos en votaciones democráticas. Eligen periódicamente a sus funcionarios y otorgan a los nuevos miembros los diversos grados, a medida que los van mereciendo. Establecen sus reglamentos internos y le imprimen a los trabajos y estudios el curso que consideran más conveniente, procurando no salirse de los principios generales de la Orden.

En resumen, es la logia simbólica la unidad orgánica de la Institución Masónica. Estas logias se encuentran congregadas en “grandes logias” y pertenecen a algún rito reconocido, subsistiendo por encima de estas divisiones de carácter administrativo la absoluta unidad de todos los masones del mundo entero, que se reconocen fraternalmente, se ayudan y trabajan de común acuerdo hacia las metas de progreso y bienestar de la humanidad, que constituyen el deber cotidiano que todo masón se ha impuesto voluntariamente.

¿Cuál es su historia?

Dejando a un lado muchos y muy antiguos antecedentes históricos de la masonería, oscuros e inconexos, señalaremos aquí que la Fracmasonería surgió de las corporaciones de obreros de la construcción en la Edad Media. Los canteros alemanes y los constructores ingleses de esos tiempos no constituían únicamente asociaciones de oficios (“guildas”), sino verdaderas hermandades en donde se enseñaba y ejercitaba una teoría secreta de sus respectivas artes y oficios. Muchos autores han probado que los francmasones no han inventado su liturgia y sus símbolos, y que tampoco los han copiado de otras sociedades secretas arcaicas, sino que les han sido transmitidos, por sucesión directa, de las sociedades gremiales de que proceden.

Algunas personas, románticamente han pretendido creer y argumentar que la masonería es tan antigua que ya existía y se practicaba en las pirámides de Egipto, en los templos de la India, en las cavernas de los esenios, en las criptas secretas de los mayas, en la Academia de Pitágoras y en muchas otras sociedades iniciáticas de muy remota antigüedad. Las semejanzas, reales o imaginadas, con los ritos y ceremonias que se llevaban a cabo en esos remotos tiempos, demuestran que la Francmasonería llena una íntima necesidad del espíritu humano, cual es la de buscar la superación personal y encauzar las potencialidades individuales hacia el bien común. No es pues, la lógica de las técnicas y métodos que son más eficaces para lograr la evolución interna en el hombre. Que estas técnicas no hayan variado grandemente en el curso de varios milenios no debe extrañarnos, ya que los antropólogos y etnólogos han demostrado que el hombre sigue siendo esencialmente semejante en sus manifestaciones mentales y afectivas desde que es hombre, a pesar de todas las modificaciones ambientales que ha logrado la civilización.

Aunque la masonería ha encontrado fiel evidencia de su existencia desde principios del Siglo X, en su forma actual tomó cuerpo en lnglaterra a fines del Siglo XVII. Con anterioridad, existían en Alemania, Francia e Italia las cofradías de constructores, o “masones”, en donde se enseñaban no solamente las artes y las ciencias que debía dominar un maestro constructor, sino que se impartían principios de moral y buena conducta, que garantizaran la armonía dentro de las corporaciones. Los lustros de duración de las monumentales obras que ejecutaban los “masones” (entre las cuales se cuentan las más preciadas joyas del estilo gótico) favorecían que se estableciesen relaciones muy estrechas entre los numerosos artistas y obreros, los cuales formaban verdaderos “equipos” bajo la dirección de sus grandes maestros arquitectos, que eran solicitados para ejecutar obras en ciudades distantes y en diferentes países. Natural es que, en sus viajes, buscasen la ayuda de otros miembros de su misma profesión, también agremiados en cofradías, y que asistiesen a las reuniones de sus “logias” (del inglés “lodges”: posadas). De esta necesidad de viajar y ser reconocidos y atendidos, como de las precauciones que cada agrupación debía tomar para no admitir entre sus miembros a un operario que fuese a romper la armonía por su mala conducta, o a explotar en su beneficio personal los conocimientos técnicos que se impartían en las logias, surgieron los signos secretos de reconocimiento, la jerarquización en grados, con obligaciones y prerrogativas distintas, y el sigilo y discreción para realizar las reuniones de masones.

El nombre de francmasón, derivado de la palabra inglesa freemason, y que significa “masón libre”, se daba a los constructores que tenían libertad para contratar sus servicios con cualquiera persona y en cualquier país, a diferencia de los que estaban al servicio exclusivo de algún noble, prelado eclesiástico o monarca. Estos últimos, desde luego, no precisaban de signos de reconocimiento, ni de todas las demás cosas que caracterizaban a las logias de francmasones.

Por la necesidad de viajar y de conocer diversos países y costumbres, los francmasones tuvieron contacto con distintas maneras de pensar y diferentes organizaciones políticas, lo cual les confirió un punto de vista excepcionalmente amplio hacia los problemas religiosos, filosóficos, económicos, sociales y políticos de su época. Hubieron de admitir, con igualdad de derechos, a hombres de distintas nacionalidades, credos y razas, y esto sentó las bases a los principios humanistas de la naciente Orden.

En los siglos X, XII y XIV, se emprendieron en Escocia e Inglaterra grandes obras, y para su realización se importaron constructores alemanes, quienes llevaron consigo los usos y costumbres de las logias alemanas. A su influjo, nacieron las logias escocesas e inglesas.

Hacia principios del siglo XVIII, la construcción había decaído grandemente y, consecuentemente, languidecían las logias de los masones operativos; entonces, en 1717, se constituyó en Londres una “Gran Logia”, bajo el patrocinio de un grupo de hombres de gran ilustración, que veían con pena la decadencia de las logias de constructores. Fue entonces cuando nació, propiamente, la francmasonería de nuestros tiempos, la cual ha conservado cuidadosamente el espíritu de las antiguas cofradías, sus principios constitucionales y los usos y costumbres tradicionales, apartándose de la construcción material. Admitió en sus filas a hombres de todos los oficios y condición social, a la vez que daba una interpretación elevada y filosófica a sus símbolos; así, la francmasonería adquirió un carácter más amplio, susceptible de extenderse por todo el mundo.

Al ser electo Jorge Payne para cargo de “Gran Maestro”, emprendió la meritoria tarea de reunir todos los preceptos existentes y formar una colección de 39 ordenanzas generales, que fueron revisadas por el Dr. James Anderson, teólogo e historiador, y sirvieron de base a la Constitución publicada en 1723, que es el primer fundamento legal de la masonería especulativa.

La Orden prosperó, a partir de ese momento, contando entre sus iniciados a distinguidos miembros de la nobleza y de la familia real de Inglaterra. Desde mediados del Siglo XVIII y hasta 1802, se consolida en Europa y América el Rito Escocés Antiguo y Aceptado (R. E. A. Y A.), contando entre sus forjadores más ilustres al masón norteamericano Albert Pike. Algunos grupos de masones (que se consolidaron en 1751 al organizarse seis logias, fundando la “Gran Logia de Inglaterra”), más apegados a los estilos, usos y ceremoniales basados en la antigua masonería inglesa anterior a la formación de la Gran Logia de Londres, desarrollaron grados y protocolos que dieron vida a lo que ahora conocemos como Rito York

De Inglaterra, la nueva francmasonería se extendió rápidamente a otros países. En Francia apareció entre 1721 y 1732 y alcanzó un auge inusitado. Se formaron nuevos ritos y se crearon grados filosóficos, siendo ésta, al principio, una innovación mal recibida en los demás países, ya que infringía los Antiguos Límites que únicamente establecían el uso de los primeros tres grados.

La masonería francesa ha contado entre sus miembros a distinguidas personalidades, como Voltaire, Rousseau, Condorcet, Víctor Hugo, Gambetta, Herriot, Dantón, Marat, Alejandro Dumas, Napoleón Bonaparte, Emilio Zolá y muchos más. En las logias masónicas se gestó la Revolución Francesa, y de los principios masónicos se sirvieron los revolucionarios como bandera en la lucha contra la tiranía.

Entre los masones más distinguidos mencionamos a Federico el Grande de Prusia, Francisco I. de Austria, Goethe, Mozart, Beethoven, Wagner, Benjamín Franklin, Jorge Washington, el Conde de Lafayette, Tomás Jefferson, Abraham Lincoln, Américo Vespucio, Leonardo de Vinci, Gral. Prim, Francisco Javier Mina, Emilio Castelar, Simón Bolívar, José Martí, Bernardo O’Higgins, José de San Martín, Antonio José de Sucre, José Ma. Morelos y Pavón, Ignacio Allende, Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, Agustín de lturbide, Valentín Gómez Farías, Nicolás Bravo, Benito Juárez, Melchor Ocampo, Maximiliano I, Sebastián Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz, Ignacio M. Altamirano, Juan de Dios Peza, Amado Nervo, Ignacio Ramírez, Alfredo Chavero, el Barón de Humboldt, Francisco I. Madero, José Ma. Pino Suárez, Salvador Allende y muchos otros más.

La masonería ha tenido en México un glorioso historial de gestas libertarias, y ella ha sido la inspiradora de nuestros movimientos políticos e ideológicos de mayor trascendencia. Sin temor a exagerar, podemos decir que los masones mexicanos dieron a nuestra patria la Independencia, las Leyes de Reforma y la Revolución de 1910, y que siempre que ha sido necesario combatir por nuestra mexicanidad y por los derechos del hombre, han sido los primeros en ofrendar su pecho y su pensamiento en defensa de nuestra soberanía y libertad.

En la actualidad, con la excepción de España y Rusia (países donde la Orden tiene poco de haber renacido), en todos los demás países del mundo la masonería tiene raíces profundas y cuenta con gran número de miembros que cualquiera otra sociedad internacional de este tipo.

Las fuerzas renovadoras que han actuado dentro de ella, en nuestro país, la han modernizado y cohonestado con los adelantos de nuestro tiempo, y se observa una saludable tendencia a incorporar a sus técnicas y enseñanzas los descubrimientos más modernos de la ciencia.

De esta manera, la masonería evoluciona y se pone a tono con la época, para seguir siendo la fuente de donde brota la fuerza renovadora del pensamiento humano.

¿Interviene en la política?

Con mucha frecuencia se formula la pregunta de si la masonería desarrolla actividades de índole política. Esto es lo primero que se le ocurre a quien lee en las páginas de la historia la larga lista de estadistas, reformadores, revolucionarios y patriotas que fueron masones.

Quienes piensen que la masonería es una organización política están equivocados, como suele equivocarse quien examina superficialmente las cosas y no penetra tras las apariencias para aquilatar su verdadero significado.

Es cierto que en las logias masónicas se han formado hombres como Voltaire, Washington, Bolívar, Juárez y Madero; pero también de ellas han surgido grandes sabios y artistas, como Franklin, Newton, Mozart, Beethoven, Wagner, Chavero, Edison, Kant, Spinoza, Rutherford, H.G. Wells, Einstein, Oppenheimer, Dewey y tantos otros más que nunca se ocuparon de la política, como no fuese desde un plano filosófico y humanista.

Pese a los esfuerzos de quienes en ciertas épocas han pretendido desentenderse del carácter real de la Institución y han hecho esfuerzos por transformarla en bandera política, la masonería ha conservado, hasta ahora, su verdadera naturaleza de escuela y taller en donde se forja la personalidad y evolucionan las facultades más nobles del hombre. Es un laboratorio en donde se ejercita el análisis y la síntesis de todas las ideas y de todos los nuevos conceptos filosóficos, en el ambiente aséptico propicio para el claro y recto pensar, y en donde se funden en el crisol del trabajo mancomunado y de la lucha constante, los más diversos metales, para obtener la amalgama y la aclaración con que se forjan los hombres capaces de dedicar sus vidas al progreso de la humanidad, sin distingos de raza, credo o nacionalidad.

La masonería ha enseñado a estos hombres a luchar primero consigo mismos, para limar sus asperezas y fortificar sus almas. Les ha mostrado el camino de la convivencia fraterna, el respeto mutuo, la dignidad y el heroísmo. Ha inflamado sus corazones con el amor a sus semejantes y la santa indignación contra la injusticia y la tiranía que degradan al hombre y encadenan su pensamiento. Por eso es que en su seno se han gestado tantas iniciativas trascendentales para el adelanto de la humanidad y de ella han surgido, de tiempo en tiempo, grupos fuertes y de gran cohesión que han logrado imprimir a sus naciones, y al mundo, los más importantes impulsos evolutivos.

La masonería es esto y mucho más; pero lo que no es, ni ha sido jamás, es un partido político, ni una organización militante al servicio de tal o cual encumbrada personalidad, ni los exponentes de tal o cual “ismo” (ni siquiera del liberalismo, como doctrina política) ni una mafia de “carbonari”, aunque sus detectores así le hayan descrito con demasiada frecuencia.

Jamás podría ser cualquiera de estas cosas sin perder inmediatamente su sentido humanista y universal, quedando a merced de las contingencias temporales y a la mezquindad de las lides personalistas, la masonería está por encima de la política y, sobre todo, de la politiquería.

Pero así como nadie construye una casa para que permanezca deshabitada, ni se fabrica un barco si nunca ha de navegar, ni se prepara un banquete si nadie ha de comerlo, ni ejercita el atleta sus músculos si no ha de emplearlos, así también, carecería de sentido alguno la actividad masónica (personal e interna) del desarrollo de las facultades superiores del hombre, si no desembocara en forma natural y lógica en los múltiples cauces de la actividad social desempeñada por cada uno de sus miembros, dentro de la esfera de influencia personal y como resultado de su iniciativa propia.

Por ello es que, aun no siendo la masonería una organización política, y ocupándose, como lo hace, principalmente de la evolución personal de cada hombre, resultaría absurdo que forjase guerreros del progreso y conductores de la humanidad y les prohibiese toda actividad política, ya que en la realización de logros concretos, está la justificación histórica de la Institución.

De lo cual resulta que, individualmente, los masones sí intervienen activamente en la política de sus países cuando la ignorancia, el fanatismo o la ambición, tratan de sojuzgar a los pueblos.

Con respecto a las batallas que libran los masones en el mundo, la Institución Masónica se mantiene tan independiente como lo puede ser una Universidad con relación al trabajo profesional de sus egresados. Existe, sin embargo, una diferencia importante: mientras la Universidad se limita a preparar al estudiante y una vez que le ha entregado su título pierde casi todo contacto con él y con el buen o mal trabajo que desarrolle, en cambio la masonería sigue abrigando con sus alas a sus miembros, dándoles ocasión de que nunca cesen de estudiar y perfeccionarse, velando por que se consoliden los lazos de fraternidad y comprensión mutua y juzgando severamente la actuación de cada uno de ellos cuando violan los principios morales proclamados por el ideario de la Orden.

¿Cuáles son las obligaciones y los derechos de un masón?

Toda sociedad tiene el derecho de exigir de sus miembros el cumplimiento de ciertas obligaciones y, a la vez, le hace partícipe de los beneficios que ofrece. La masonería no es una excepción, por lo que es justo y necesario que antes de contraer las obligaciones de un masón, se sepa cuáles son estas obligaciones y cuáles los derechos que se adquieren.

La primera de las obligaciones consiste en guardar un silencio absoluto de los asuntos tratados en las reuniones o “tenidas” (como se les designa masónicamente). La masonería no es, propiamente, una sociedad secreta, pero sí es discreta. En los varios siglos de actuación que lleva recorridos ha podido aprobar que sólo con reserva, sigilo y discreción se puede estar a salvo de los ataques que nacen de la incomprensión del fanatismo y de la envidia. A los que comentan que: “¡Algo de malo habrá en ello, puesto que se esconden para hacerlo!” les contestaremos que nunca las nuevas ideas han encontrado el camino sembrado de comprensión, buena voluntad y aliento. Por el contrario, recordemos a Sócrates acusado de pervertir a la juventud, a Galileo torturado por blasfemo, a Spinoza excomulgado por ateo, y tantos otros que han seguido igual o peor suerte. Y si hay quien diga que esos tiempos ya pasaron y que en los tiempos actuales hay libertad de expresión y respeto hacia las ideas nuevas, les diremos que están en su derecho para creerlo así; pero que la masonería está estructurada de modo tal que pueda seguir funcionando aunque impere un régimen de opresión política y económica y de coartación de la libertad. Por tanto, no necesita justificar su exigencia de que los miembros guarden cuidadosamente sus secretos, puesto que ello es parte de su naturaleza, y la sabiduría de este proceder ha sido constatada en tiempos buenos y malos.

La segunda de las obligaciones de un buen masón es la de trabajar intensamente en pro de su propia perfección interna. Deberá corregir sus propios defectos, combatir sus pasiones y prodigarse en el servicio para con los demás. En esto consiste el trabajo masónico, que es, como se dijo antes un trabajo de evolución individual y de forjado de la personalidad. No es buen masón quien solamente se dedica a reunir abundantes conocimientos sobre filosofía, historia, ciencia litúrgica, psicología, sociología, etc., si esta ilustración no va acompañada de un auténtico espíritu fraternal que le impulse a correr en auxilio de todo hombre que necesite de sus servicios. Tampoco podrá calificarse de masónica labor de quien está animado de grandes deseos de hacer el bien, pero que carezca de la ilustración y capacidad suficientes para reconocer la forma más eficaz y provechosa de hacerlo. El verdadero masón valida sus conocimientos con un comportamiento altruista y virtuoso, y pone en juego ambas cualidades en trabajo infatigable, para que sus buenos deseos se transformen en realidades palpables.

La tercera obligación es la de cumplir con los Estatutos Generales de la Orden, las constituciones de la gran logia a que pertenezca y los reglamentos particulares de su logia. Aunque no sería posible dar a conocer en esta obra este cuerpo de disposiciones legales, bastará explicar que su objeto único es el de fijar las normas de gobierno y funcionamiento interno de las logias, y que todo masón sabe que estas órdenes tienen como mira el bien común y jamás pueden contravenir los principios de honor y virtud que proclama la Orden.

Huelga decir que entre las obligaciones que se desprenden de los reglamentos particulares de las logias están incluidos los de asistir puntualmente a las “tenidas” semanales, estar al corriente en los pagos de las cuotas personales o “capitas”, y conducirse siempre con decoro y orden.

Pasamos ahora a lo que ofrece, en cambio, la masonería.

En primer lugar, ofrece su conjunto de enseñanzas sistematizadas, las cuales va impartiendo a cada quien, según los méritos alcanzados por su esfuerzo personal.

Otorga a todos sus miembros el derecho de recibir ayuda y amor fraternal en cualquier lugar del mundo en que se encuentren. El masón tiene amigos en todas partes, siempre dispuestos a correr en su auxilió en el momento en que los llame. Sin importar las diferencias de rito que practique ni la jurisdicción a que pertenezca, cada masón se considera hermanado con todos los demás masones del mundo.

En la mayoría de las organizaciones masónicas existen, además, otras ventajas de orden mutualista, como por ejemplo: el seguro de vida, bolsa de trabajo, fondo asistencial, etc. Debemos hacer notar, sin embargo, que no es en estos servicios asistenciales donde radican los beneficios de la masonería, sino en la oportunidad que brinda a sus miembros para estudiarse a sí mismos y ponerse a prueba dentro de los trabajos de la logia, alcanzando un mejoramiento constante, gracias a las sabias normas y disciplinas de la Orden.

Finalmente, la masonería brinda a quienes evolucionan dentro de ella, la oportunidad de ampliar su campo de acción en el mundo externo y desarrollar una actividad de mayores alcances y trascendencia. Esto se logra como resultado de la cohesión que se establece entre los masones y que después trasciende a los diversos campos de acción en que se encuentran profesionalmente. No es esto el producto de un plan de acción premeditado por la Institución Masónica y que aconseje colocar a fulano aquí y a zutano allá, como piezas de un ajedrez en que se juegue alguna trascendental partida política; es más bien la polarización espontánea de todos los hombres en quienes se ha sublimado el amor a la libertad, a la justicia social y al progreso, cuando con ocasión de un acontecimiento que viola los derechos del hombre y obstaculiza la marcha ascendente de la humanidad, convergen al unísono, impelidos por sus ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Para coordinar la actividad externa social, educativa, benéfica y política de los masones existen asociaciones civiles, en cuyo seno se reúnen los masones de todos los ritos, jurisdicciones y obediencias, para aunar sus esfuerzos y luchar hacia las nobles metas que en los talleres masónicos se enseñan. Estas asociaciones representan, para la masonería, lo que el brazo es para el cerebro: un órgano ejecutivo para la realización de los ideales masónicos.

Fuera de estas obligaciones y derechos no hay otros. Cada masón lo es por su libre y espontánea voluntad, y tiene derecho a retirarse, como todo un caballero, de la masonería, cuando lo desee, sin que por ello sufra persecuciones, amenazas o ataques. Sólo se le pide, bajo su palabra de honor, que no revele los secretos de la Institución, y si no lo cumple, el único que se perjudica es él mismo y no la masonería, ya que el verdadero y más preciado secreto masónico es inviolable por naturaleza. 



Reconocimiento a los autores. 



Esta publicación, fue revisada, corregida y adaptada, en septiembre del año 2000, tomando como documento fuente, el titulado homónimamente (LA MASONERIA ES...), elaborado por la Coordinación de Estudios Especiales de la Gran Logia Valle de México, en el año de 1979, y formada por los hermanos masones Ramón Martinez Zaldúa, Hector M. Calderón H., Rogelio Jaime Sánchez, Roberto García Fortul, Jorge M. Escalante Cámara, Herminio Núñez Lechuga, bajo la dirección de los Hermanos José Tovar Garduño, Gran Maestro y Pascasio Ortíz Flores, Gran Secretario.


Historia de la Francmasoneria


Conocida más universalmente por Francmasonería, procede por su etimología del francés franc (libre) y mason (albañil); es decir, albañil libre, aludiendo con ello a lo que la masonería considera como su remoto origen; la comunidad de albañiles que dirigidos por Hiram de Tiro construyó el templo de Salomón. Más que sociedad secreta, como ha sido considerada, diremos que la masonería es una sociedad discreta que, por fundamentarse en unos principios determinantes ha sufrido modificaciones y transformaciones paralelas a los supuestos ideológicos, intelectuales, morales y religiosos que le dieron vida. Aunque suele hablarse de un periodo mítico y legendario de la masonería (mito de Hiram) y de otro periodo llamado de masonería "antigua" u "operativa" (que no es sino la continuación y transformación de las agrupaciones gremiales del Medievo y del Renacimiento), la auténtica masonería, considerada en el moderno significado de la palabra, llamada "masonería moderna" o "masonería especulativa", surgió a principios del siglo XVIII con carácter de sociedad de "iniciados", primero al culto divino, que más tarde deviene en iniciación a las virtudes y adquiere el matiz filantrópico-racionalista con que se le distingue.

Se ha pretendido remontar el origen de la masonería en la construcción del Templo de Salomón por Hiram de Tiro, quien se menciona fue el primer masón. Constituiría el período mítico de la masonería.
Aunque tal afirmación figura en el rito de iniciación de los tres primeros grados, existe general unanimidad en señalar el concreto origen histórico de la masonería: las Hermandades profesionales de constructores de Catedrales y otros templos de la Edad Media (desde el tallador de piedra al maestro albañil), establecidas al servicio del bienestar material y espiritual de sus miembros y que, a la vez, poseían "secretos" de orden técnico y de orden ritual o de iniciación. Ya en el siglo XIII, estas Hermandades establecieron las primeras constituciones góticas al servicio de sus miembros. Se trataría del período antiguo u operativo. Dos textos de finales del siglo XIV y principios del XV se refieren a los orígenes míticos: "Regius" (que relata un supuesto viaje de Euclides a Egipto donde fundaría una escuela de geometría y construcción) y "Cooke" (la historia del arte de la construcción antes del Diluvio Universal).

"Hay incluso Historiadores y estudiosos de los orígenes masónicos, que la remontan a los Antiguos Misterios, y promulgan que es descendiente de sociedades iniciaticas antiguas, vinculandola con: la Hermandad de los Rosacruces, Templarios, Gnosticos, Esenios, Sufies,asi como al antiguo Egipto, entre otros..."

(Realmente sus verdaderos orígenes o ascendencia, poco debe de importar, y la importancia debería de enfocarse en sus enseñanzas centrales, mismas que podrían estar relacionadas o no con los Antiguos Misterios y Hermandades antes mencionadas)

Con el transcurso del tiempo el reclutamiento dejará de hacerse sobre la base profesional inicial, admitiéndose a personas de otras profesiones no vinculadas a la construcción.



LA LOGIA MADRE DE ESCOCIA 

LA KILWINNING No. "0"




Es la logia “madre” de Escocia está situado en la ciudad de Kilwinning de Syrshire. Esta tan antigua y su historia se remontan a la construcción de Abadía Kilwinning alrededor de las 1140 y tiene una particular historia que ninguna otra en el mundo masónico. 

Antes de la formación de Gran Logia de Escocia en 1736, la MOTHER KILWINNING era para los más entendidos un gran Logia, y bajo ese derecho propio concedía la de emisión de cartas patentes y garantizaba a las logias los privilegios de francmasonería que se concebía en este momento.

Como hemos dicho la historia de la madre Logia de Escocia se remonta al año 1140 en el edificio de la Abadía, las ruinas de este edificio se encuentran en la parte trasera del Logia. La Logia, fue fundado en la Casa Principal de la misma Abadía y permaneció allí hasta la reforma en 1560 cuando el Conde de Glencairn, un enemigo a muerte de los Condes de Eglinton, que tienen una larga tradición con el Logia, saqueada la Abadía.

Poco se sabe de los masones de ese tiempo, pero investigaciones serias manifiestan que se reunieron en diversos lugares, entre ellos la Abadía en 1598-1599, la casa en el Crossbrae en el centro de la ciudad en 1643 conocido como el "masons howf" y el tribunal de la Casa de Conde Eglinton. A mediados de 1700, los masones decidieron construir una nueva Logia y en 1779 la antigua Logia fue reconstruida a la entrada de la Abadía. Lamentablemente 100 años más tarde debido al deterioro propio del inexorable tiempo y al miedo de derrumbarse el edificio logial se tomo la decisión de demolerlo y una nueva Logia fue construía a 30 metros de sitio de la antigua y sigue en dicho lugar en la actualidad. La nueva Logia fue consagrada en 1893.

Antes de la formación de la Gran Logia en 1736, la “Mother Kilwinning” fue una Gran Logia en su propio derecho por lo que expedía órdenes y cartas a las Logias que deseen disfrutar de los privilegios de la masonería, muchas Logias todavía llevan el nombre de Kilwinning el día de hoy.

Sin embargo, en 1743 Gran Logia decidió ordenar las logia de Escocia en forma numeral por la antigüedad y los registros más antiguos, por desgracia, los libros de Mother Kilwinning's solo se remontaban a 1642 en ese momento, los registros anteriores pudieron ser objeto al tráfico por los monjes a Francia durante la reforma o destruidas en el desastroso incendio en el cercano Castillo de Eglinton. Es asi que Mother Kilwinning's se colocó segundo en la lista de la Gran Logia que fue una posición firmemente inaceptable por los masones de esta Gran Logia dado su historia, por lo que se retiraron y continuaron trabajando como antes. 

Este conflicto duró hasta 1807 cuando la Gran Logia de Escocia y la Gran Logia de Kilwinning se reunieron en Glasgow y resolvieron sus diferencias cuyo acuerdo fue que la Madre Mother Kilwinning's se colocaría a la cabeza de la lista de la Gran Logia de Escocia y tendría el famoso y distintivo Número “0”. El Venerable Maestro de la Logia por derecho sucesorio se convertiría en Gran Maestro Provincial de Ayrshire (Esto duro hasta 1983 en que se formo Provincial Grand Lodge of Kilwinning). Asimismo por dicho acuerdo fraternal la Mother Kilwinning's se le permitió el derecho de seguir emitiendo órdenes y cartas. En 1860 durante un registro o búsqueda en el Castillo de Eglinton se encontraron los ahora famosos Estatutos de Schaw de 1598 y 1599.



LA GRAN LOGIA UNIDA DE INGLATERRA

Es en Inglaterra donde se da el paso de una masonería "operativa" (la de los constructores que trabajaban la piedra con sus manos y herramientas) a otra "especulativa" (período histórico) en la que la construcción es sólo simbólica, trabajándose a la humanidad mediante el modelado del propio ser. Ahora, por iniciación hay que entender "entrar", paso introductorio de un hombre que desea cambiar su "modo" de conocer, de actuar, de ser, que debe cultivar su alma. Ese paso se desarrolla en una iniciación simbólica, mediante un rito que resume ese trance y que capacita al neófito para ejecutarlo.

El día 24 de junio de 1717 se funda la Gran Logia de Londres a partir de 4 pequeñas logias que la precedieron y, en 1726, se abre la primera logia en París.
La primera constitución moderna reguladora de la masonería especulativa es la redactada por el pastor presbiteriano inglés James Anderson, quien elabora en 1723 "The Constitutions of the free-masons.". Estos textos tienen cuatro partes: una historia legendaria de la orden y del arte masónico, los llamados "deberes", un reglamento para las logias y los cantos para los tres grados iniciales. La parte más importante es la relativa a los "deberes", en la que establece como pilar fundamental la creencia en el "Gran Arquitecto del Universo", aunque en otros artículos procura marcar distancias con el cristianismo a través de unas referencias al esoterismo, el secreto y al relativismo, junto a un deísmo iluminista.
Esos componentes filosóficos ocasionaron, casi enseguida, la primera escisión: la Logia de York, de carácter más esotérico que la de Londres, más racionalista.

Ya en 1813 se fusionan ambas logias, dando lugar a la Gran Logia Unida de Inglaterra. A la vez se redacta otro texto fundamental en la masonería: los Antiguos límites o Ancient Landmarks. Se trata del conjunto de reglas tradicionales e inmutables, transmitidas de forma oral desde sus orígenes hasta ese momento en que se plasman por escrito.
Dicha Gran Logia Unida de Inglaterra se constituyó en la depositaria de la "tradición" y de la "regularidad" masónica, de carácter aristocrático y puritano en sus orígenes.